martes, 15 de marzo de 2011

Julián Sanz cuenta su experiencia en la Race Across América y muchas cosas más

¿Cuando la extenuación comienza a invadirte en este tipo de retos, como logras dominar tu mente y cuerpo para seguir, seguir, seguir...?
Es difícil contarlo.. pero siempre sucede algo similar, es algo que se auto-alimenta, me explico, es complicado. Cuando afrontas una carrera, más aún la Race Across America, tratas de visualizar el recorrido completo, las zonas por las que se pasará, desiertos, montañas, ciudades, zonas características, también momentos. Tratas de dominar el conjunto de la prueba en la cabeza. La cabeza, serena, te permite en un principio hacer estos juegos.
Cuando todo comienza y aún no hay una fatiga extrema, ni dolor físico y el sueño aún se domina, tienes la capacidad de tener objetivos lejanos, ilusiones, metas. Pero la carrera avanza y ya no son horas, son días sobre la bici, con no más de hora y media de sueño, el cuerpo empieza a requerir una atención especial, ya no puedes tener pensamientos a largo plazo, la capacidad de pensamiento empieza a reducirse a lo más cercano, los objetivos capaces de alcanzar se reducen y centras el esfuerzo en controlar cosas muy pequeñas, tales como el gesto del pedaleo, evitar malas posturas, cuidar la bebida y el estado de los labios, la boca, cosas cercanas, cada vez más cercanas, más hacia adentro.
Luego aparecen la inflamación de las manos, de los pies, las rozaduras y los dolores. Aquí todo se reduce a solo pensar en continuar, en ganarle un día más al sol y en desear que termine la noche y solo puedes concentrarte en la sensación de la planta del pie sobre el pedal y que garantizar que esa sensación continúe. En ese refugio permaneces, hasta que el cuerpo te da un respiro, no sé como, pero pasada la mitad de la carrera, si se logra superar todo eso, las garantías de llegar a meta aumentan mucho, un 80% de los corredores que se retiran en la RAAM, lo hacen antes de la mitad de la carrera, eso es porque llegado este momento, el cuerpo se adapta a esta nueva situación y puede seguir y seguir… y entras en un ciclo que se auto-alimenta, con periodos que van y vienen, entre los dolores intensos y ausencia de dolor, por eso se puede continuar, porque siempre mantienes la esperanza de un momento bueno, aunque sea corto, todo ello unido a mantenerte concentrado en ir lo más rápido posible, parar poco y el trabajo de un equipo de 10 personas que procuran tener todo listo para no tener motivos para el desaliento, la ropa limpia, la comida lista y los ánimos altos.
Puedes imaginar cuando se llega a meta, no duele nada, es increíble. Y la pregunta es, porque tras esto que os cuento, uno vuelve.. la respuesta no es fácil, pero algo tiene que ver con la necesidad de seguir aprendiendo a dominar estas situaciones, a controlar más y mejor las voluntades ante esos momentos adversos.

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